Frecuentemente, los sistemas (conjuntos de procesos y subprocesos integrados en una organización) son difíciles de comprender, amplios, complejos y confusos. Suelen presentar múltiples puntos de contacto entre sí y contar con un buen número de áreas funcionales, departamentos y puestos implicados. Un modelo puede dar la oportunidad de organizar y documentar la información sobre un sistema.
Pero, ¿qué es un modelo?
Un modelo es una representación de una realidad compleja. Modelar es desarrollar una descripción lo más exacta posible de un sistema y de las actividades que se llevan a cabo en él.
Cuando un proceso es modelado con ayuda de una representación gráfica (diagrama de proceso), pueden apreciarse con facilidad las interrelaciones existentes entre distintas actividades, analizarse cada actividad, definirse los puntos de contacto con otros procesos e identificarse los subprocesos comprendidos. Al mismo tiempo, los problemas existentes pueden ponerse de manifiesto claramente, lo cual habilita la oportunidad para comenzar acciones de mejora.
Diagramar, por lo tanto, es establecer una representación visual de los procesos y subprocesos, lo que permite obtener una información preliminar sobre su amplitud, sus tiempos y los de sus actividades.
En el documento disponible aquí, le proponemos que consulte el detalle de un proceso mediante gráficos y tablas, siguiendo un caso específico.