El sector privado

Este sector está compuesto por dos grandes grupos: los profesionales que prestan servicios independientes a pacientes particulares asociados a obras sociales o a sistemas privados de medicina prepaga, y los establecimientos asistenciales contratados por aquellas. Las empresas de medicina prepaga deben garantizar a sus beneficiarios, un conjunto mínimo de prestaciones esenciales del Programa Médico Obligatorio (PMO).

Este subsector incluye también a las entidades sin fines de lucro, como las cooperativas y las mutuales de salud que no operan como obras sociales. Estas entidades pueden ofrecer planes de salud, con autorización de sus asambleas, que no se consideran de medicina prepagada. Por este motivo, no son consideradas como Agentes del Seguro de Salud ni están obligadas a ofrecer el PMO; además, su actividad es autorizada y vigilada por el INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) en lugar de estar bajo el control de la Superintendencia de Seguros de la Nación.

El sector privado se financia con recursos derivados de contratos con las OS, y/o con el gasto de bolsillo familiar destinado a la adquisición de seguros voluntarios y al pago de coseguros, copagos y compra directa de bienes y servicios.

El sector privado debe ser abordado desde una perspectiva doble: en primer lugar, considerando su rol de asegurador (prepaga); en segundo lugar, tomando en cuenta su rol de prestador de servicios. Este subsector encuentra su principal cartera de clientes en los estratos medios y altos de la población. Debido a la afiliación obligatoria a la obra social respectiva de cada rama de actividad para los trabajadores que no son de dirección, una parte significativa de la población cubierta por seguros privados también mantiene el aporte a su obra social (aproximadamente el 4 por ciento de los beneficiarios).

El sector privado reconoce antecedentes en alguna de las formas de prestación privada que se habían desarrollado históricamente a través de los hospitales de comunidad en la Argentina, pero la rápida expansión observada en los últimos años se verifica en empresas que captan demanda de aseguramiento voluntario en el mercado. Dentro de este panorama, el menú de alternativas es amplio: planes de salud ofrecidos por hospitales de comunidades o entidades con o sin fines de lucro, programas a cargo de asociaciones intermedias de prestadores o empresas, entre otras variantes. Sin embargo, el desarrollo más importante ha correspondido a las empresas de medicina prepaga. Es difícil estimar el universo de empresas que constituyen a este sector, pues sobre un número total, que oscilaría entre 138 a 300, sólo 70 están organizadas en cámaras.